Día de Clamor 2013: Reflexiones de un ausente que volvió.

Por Samuel Caraballo-López

El día 2 de septiembre se celebró el día de clamor frente a las escalinatas norte del Capitolio de Puerto Rico.  Este año se celebraba el cuadragésimo (40) aniversario de este evento.  Luego de más de 25 años de ausencia, tome la decisión de volver este año, como un acto de solidaridad con los creyentes que al igual que yo creemos en proteger los valores arraigados en la institución de la familia, junto a emitir un mensaje multitudinario al gobierno sobre la necesidad de ser prudente con los cambios a las leyes que tiene en agenda hacer, muy especialmente a las relacionadas a la adopción homoparental (P. del S. 437 y P.de la C. 1314) y la incorporación de la perspectiva de género en los currículos de nuestro sistema educativo (P. del S. 484).

Así que tomé la decisión junto a mi esposa de llegar a los predios del Capitolio en el Viejo San Juan a eso de las 11:00 de la mañana.  El calor a esa hora era insoportable (creo como 95°F).  Nos ubicamos frente a la tarima para ver de cerca todos los participantes e incorporarme en la celebración de pueblo que había en ese sector.  Ciertamente para la gente era una celebración.  Personas de todas las regiones de la isla, familias completas, de diversas tradiciones religiosas estaban allí.  Jóvenes con ropa tropical, debido a las altas temperaturas, cantaban y se movían al ritmo de la música sacra y cadenciosa que emitían los cantantes y agrupaciones que estaban en la tarima.

Los vendedores ambulantes hicieron de las suyas, ofreciendo todo tipo de producto; agua, mantecados, piraguas, vasos de frutas, piña colada, gorras, sombreros, sombrillas… y cuántas cosas más.   Se cantó tanto que hubo momento en que yo ya no aguantaba más música.  Se hicieron clamores por todas las cosas y problemas del la isla, precedido con un editorial de aproximadamente cinco (5) minutos por cada uno de los actores.

Por otro lado el mensaje de Jorge Raschke lució monótono y falto de la energía que siempre ha caracterizado al evangelista.  Su contenido fue lo mismo que repite todos los días en sus programas radiales, inclusive uso hasta los mismos ejemplos, lo que indica que todavía no se ha repuesto de su condición de salud que provocó una intervención quirúrgica en los pasados meses.   Pienso que si el Rvdo. Raschke no estaba bien de salud debió designar a un predicador en su lugar para este evento.

En términos generales el evento, como celebración, fue muy concurrido y contagioso, el pueblo cantaba, oraba con fervor y celebraba con júbilo las presentaciones de los artistas cristianos.  El uso del tiempo fue lo más criticable del Día de Clamor, hubo mucho cántico hasta el cansancio,  y el discurso central del Evangelista Jorge  Raschke comenzó pasadas las 3:00 p.m., luego de más de quince (15) pequeños discursos. Además, fallaron en ubicar el servicio de las ofrendas en el momento más oportuno.

Los organizadores olvidaron que había personas desde temprano en la mañana que venían de pueblos lejanos y que al otro día tenían la responsabilidad de reportarse a sus centros de trabajo. Los que diseñan la logística de una actividad como esta, necesitan afinar su oído y ampliar las fronteras de su entendimiento para considerar todos los factores que inciden sobre el éxito del evento.  A manera de recomendación se deben establecer los objetivos y  prioridades de cada Día de Clamor y diseñar el Programa a la luz de estos.  Los maestros de ceremonia olvidaron dar directrices claras sobre donde estaban ubicados los servicios sanitarios (de hecho no vi ninguna letrina portátil), los lugares de asistencia en cuanto a personas perdidas,  asistencia médica, lugares de ventas de alimentos, urnas para la recolección de las ofrendas, información sobre toma de firmas de apoyo para las peticiones a la legislatura, etc.

Debo destacar, sin embargo, dos (2) discursos que desde mi punto de vista fueron proféticos.  Primero, la proclama del Dr. Cesar Vázquez Muñiz, Portavoz de Puerto Rico por la familia, que estableció la base de la lucha de la iglesia frente a las nuevas legislaciones mencionadas anteriormente.  El mensaje del Dr. Vázquez, que reclamaba la protección de los valores arraigados en la institución de la familia, junto al respeto y reconocimiento de que es la familia la que tiene la responsabilidad de educar  a sus constituyentes, fue claro y alentador, concreto y articulado, lo que arrancó la mayor cantidad de aplausos de los presentes.  El otro discurso de cerca de 10 minutos fue el de la Rvda. Marta Ramírez, de la Iglesia Discípulos de Cristo de Vega Alta.  Me pareció que fue el mensaje central del Día de Clamor.  Marta expresó que el camino de la transformación nos es fácil, y mucho menos es un  acto de magia, sino que requiere como paso inicial que nos evaluemos y restauremos nuestra relación personal con Dios y lo expresemos en el cuidado de nuestras familias.  Recalcó la Pastora Ramírez, utilizando como referencia el relato del Profeta Elías (1 Reyes 18), que no es posible hablar de cambiar la historia de Puerto Rico, si primero no ocurre un cambio en nuestros altares personales y familiares que están demolidos y requieren ser reparados.  Estoy convencido de que este fue el principal mensaje del Día de Clamor.   ¡Muchas Bendiciones!